jueves, 16 de junio de 2011

Capitulo 1

Oritia
Es un día tan extraño, la ciudad está completamente sola, no está nadie, ni sirenas ni tritones, solo están mis hermanas Sirenas que vuelan dentro del castillo y yo con mis primas  afuera, tengo un mal presentimiento sobre este día, Zeus ha estado peleando mucho con mi padre, amenazo con aniquilarnos por completo. Con hundir la ciudad y condenarnos a sufrir, ellos han llevado este juego por siglos así que no creo que llegue a suceder.
Mientras caminamos por las calles mis primas Radne (mejoramiento) y Teles (la perfecta) comienzan a alardear sobre Estérope su madre, que a diferencia de la mis siempre estaba con ellas, a decir verdad me siento un poco celosa, pero jamás logran nada saben que estoy sobre de ellas que mi rango es superior supongo que por eso alardean tanto.
Radne me pregunta-¿Oritia crees que el amor sea realmente necesario como lo creen Zeus y su Hija?
-¿Afrodita?- respondí-
-Si-me dijo ella sin divagar
-pues en realidad…- algo me interrumpe
-Oritia-escucho que gritan mi nombre (al parecer mi hermana)
-ya voy Pértenope- respondo breve al llamado levantando la cabeza hacia el balcón donde ella se asomaba
-¡Corre!-mi hermana exclama como si estuviese pasando algo malo, y de inmediato la torre en la que estaba se derrumbo.
De la nada comienzan a caer de rayos, por toda la ciudad escucho miles de gritos.
Zeus-digo susurrando
 ¡Pártenope! ¿Dónde estás? ¡Ah!- grito pero nadie me escucha, tengo agua en mis ojos, veo todo obscuro es que acaso estoy muerta, es imposible soy inmortal, ¿Qué está pasando?
-Pronto sabrán lo que en verdad importa- es una voz angelical casi lirica.
Cuando despierto, estoy en un lugar que no reconozco, aquí no hay inteligencia, no hay belleza, es un lugar desierto, una especie de polvo recorre mi cuerpo mojado de inmediato levanto la cabeza intento ver si hay alguien cerca, pero no logro ver a nadie mis piernas y brazos están de manera cruzada tras de mi. ¿Qué está pasando? Acaso fui exiliada ¿qué sucede?
-Hola querida, ¿te encuentras bien?- es de nuevo esa voz dulce.
Levanto la mirada un poco pero una luz me deslumbra así que solo logro ver una silueta y un cabello más largo y hermoso que el mío.
-¿Afrodita?-pregunto inmediatamente
-ja querida mía me has logrado reconocer, no es para impresionarse soy prácticamente tu tía- exclama con una risita casi burlona
-¿Tía? ¿Qué es eso? ¿qué hago aquí?-le respondo en voz muy baja
-oh querida tía es como los mortales se refieren a las hermanas de los padres en este caso de tu padre- da un suspiro y continua- no estés triste no hay razón para estarlo, al contrario he venido a darte un presente, tal vez no te sea placentero pero es la forma en que entenderán- termina con una mueca maléfica
-¿qué..qu..Qué quieres de mi ? ¿Qué he hecho mal?..por favor regrésame a mi reino al reino de mi padre- le imploro casi sollozando
Por un momento se queda callada se inclina hacia mí me toma del mentón y empieza a mirarme fijamente como si tomara una manzana para devorarla. La miro y es realmente hermosa su cabello es rubio casi como el oro, sus ojos son de color rosa cristal a la luz y mezclado con un poco de café para pasar desapercibida en la obscuridad haciéndolos ver cálidos, su rostro es delgado, muy fino su piel es blanca pero no en la exageración. Sus labios están bien proporcionados y  su nariz es como trazado por un cincel. Me mira nuevamente y sonríe un poco.
 -Querida ¿tú  crees en el amor?- me dice de forma seria y casi sombría mientras camina hacia una especie de lago y llena una vasija
-Sinceramente no sé cómo es jamás lo he visto así que…-me interrumpe
-crees o no querida solo responde-me dice en un grito
-pues es difícil creer en algo que no hay pruebas científicas, en algo que no he visto, no puedo creer en algo que dicen que hace daño, sería una especie de tonta silo llegase a creer- me detengo a observarla.
Ella se comienza a acercar a mí, yo no puedo moverme es como si estuviese encadenada a algo por más que quiero escapar no puedo ni ponerme en pie, cuando comienzo a forcejear para liberarme de aquella cadena invisible, ella da la media vuelta de aquel lago donde se encontraba con su vasija totalmente llena avanza lentamente y comienza a decir en voz muy baja su maldición.
“Tu hija directa de Poseidón llena de belleza, sabiduría y vida, tu haz desafiado mi poder y el poder de mi padre Zeus Dios del trueno y la creación, prefiriendo tu vida eterna sobre el amor, Tú y tus iguales tendrán el mismo destino.
Vierto estas aguas en ti, para que recuerdes tu hogar tu origen y tú castigo, vierto estas aguas en ti para que tu cuerpo sea uno con el mar mitad mujer mitad pez, cambiando tus alas por una cola, te condeno a vivir de vida a matar de amor, y a estar así por la eternidad, al menos que encuentres a tu perfecta mitad, solo esta te salvara y decidirás si eres eterna o mortal”
Dejo  caer toda el agua de la vasija sobre de mi, mis alas cubrieron de mi abdomen hacia abajo convirtiéndose en una cola, mi garganta ardía como si uno de los rayos de Zeus hubiese caído sobre de ella y al tocar mi pecho no se sentía nada más que frio.
-¡En que me has convertido que soy!- Grite con voz temerosa y triste
-Querida estas encadenada al mar tú y tus hermanas, serás así hasta que encuentres el amor- dijo, dio nuevamente una vuelta.
Desapareció dejándome sola en ese lago.

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